Una Rosa se marchitó...
De la noche a la mañana dejó sus espinas en el suelo y se marchitó la Rosa poetisa y amante de los astros...
Fiel amiga, madre, esposa y devota escritora de versos, dejaste a tu alrededor un mar de lágrimas que por siempre extrañarán tu risa y las eternas tertulias contigo...
Desde pequeña compartí en reuniones familiares en tu casa, con tus hijos y amistades, me reí mucho, comí de tus ricas empanaditas de cocktail y escuche tus creaciones poéticas, siempre llenas de imaginación y desbordantes de emoción...
Desde hace tiempo me acordaba de ti con mucho cariño y preocupación por no verte seguido, pero al menos me tranquiliza el haberte encontrado este pasado Enero con mi madre, y pudieron compartir palabras y recuerdos de infancia, dejando sin saber una despedida...
Tía Rosa, tu rostro lleno de alegría con esa mirada tan particular, tu tono de voz único y especial, siempre serán recordados con nostalgia. Siempre agradecí en silencio por toda la compañía y el apoyo que le brindaste a mi madre cuando más lo necesitaba, y lo mucho que nos entretuviste e hiciste reír. Sin duda dejas un vacío...
Siempre da mucha pena cuando alguien bueno nos deja, pero son las leyes de nuestra existencia...
Serán eternamente extrañada Rosa A. Bustamante. A.


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